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miércoles, 20 de abril de 2022

Estimar Nick Kamen. Raquel CASAS

 



Recuerdo perfectamente aquel anuncio de Levis protagonizado por Nick Kamen. Yo entonces usaba Levis, y los sigo llevando de hecho tengo guardados unos (totalmente harapientos) desde hace más de veinte años; aparte de esto del anuncio, Nick era músico, era joven y era guapo. Ese tipo y yo, ahora, tendríamos la misma edad si no fuera porque él murió el año pasado. Encima de mi mesa, tengo y voy leyendo, Estimar Nick Kamen, un poemario escrito por Raquel Casas (Vilanova i la Geltrú 1974), hermosamente publicado por El cep i la nansa edicions en el año 2020, ganadora del Premi Ciutat de Palma Joan Alcover de Poesía 2019. El eje, la columna y el punto de apoyo del libro es el amor adolescente sin cursiladas, un amor lleno de fantasía, de locura, deseos, el cuerpo desnudo, la rebeldía, un mundo verde de tempestades y de calmas, la idea del paraíso en el silencio de la foto de Nick a medio camino entre una condena y la posible salvación, según el estado de ánimo (y el amor adolescente tiene muchos estados de ánimo), la zozobra, borrarse y dibujarse la cara. El fracaso de besar un espejo, besar a Kamen 

“com si la mort no existís a l’adolescència./ La llengua damunt del mirall, duplicant el fracàs.” 

Un libro está lleno de promesas adolescentes que no se pueden cumplir, sensación de deseos que se evaporan en el momento de decirse. La invisibilidad del cuerpo, las estrellas y las canciones, las palabras que nunca me dirás, invisible como mi silencio. El libro recorre el espacio en el que la adolescencia vive. El pelo largo frente a las mujeres de la familia, todas con el pelo corto, un pájaro cosido en la mano, un castillo en la arena. Estimar Nick Kamen, lleno de referencias sobre la mejor y la peor edad de todas las edades, referentes de inocencia blanca y los primeros pasos hacia la luz negra, una nena que se aleja y un lobo que abandona la tribu, el vientre que recoge ángeles caídos, mariposas de color podrido, imágenes preciosas y potentes que describen esa edad en la que el vientre también se llena de corazones y, las alas, de piedras. Todas las obsesiones y los miedos en una; Nick son todos a los que no nos podemos acercar, todas las que no nos conocen, a los que se escriben poemas y que estando tan cerca nunca llegarán a saberlo.

                          <<Benaurats aquells que des

                                                                        esperen.>>




http://llenguadegat.blogspot.com

Astrolabi (El Cep i la Nansa, 2006)

Les randes del Paradís (Editorial Moll, 2007)

La dona bilingüe (Viena Edicions 2008) La mujer bilingüe (Bartleby)

Balcons que escupen mitges (El Cep i la Nansa, 2018)

Vessar el càntir (Viena Edicions, 2019)

Estimar Nick Kamen (El Cep i la Nansa, 2020)


sábado, 19 de febrero de 2022

Diarios. 18 de febrero.


                                                                                Juan Vico (2022)


 18 de febrero


                                    ***

Me veo con Santiago García Tirado para tomar café. Además de crítico literario imparte clases en el instituto Can Vilumara, por lo que quedo con él en el Centro Católico de la gran ciudad de L’Hospitalet, muy cerca de su trabajo. Hablamos de Derbi, lo va a leer. Esta tarde no vendrá a la presentación y Carlos Gámez tampoco. Después habrá otros muchos que se han ofrecido, que les resulta un acontecimiento que no se pueden perder, tampoco irán, siempre surgen imprevistos, un hijo, un estado de ánimo adverso, una pereza, un enfermo. Nada es seguro, nos adaptamos, sobrevivimos, somos grandes expertos en sobrevivir.

La primera planta de la NoLlegiu no es muy grande, pero veinte o veinticinco personas caben; entre amigas, curiosos y deudores; por las dudas y por las deudas supongo que tendré algo de público. No sé lo que voy a decir, trataré de que lo que diga se entienda.

 Precisamente hoy, mi mujer ha quedado con sus amigas para cenar y enseñarlas el piso, tampoco irá.


***


Llego a Poble Nou media hora antes y entro en el mercado municipal, a veinte metros de la librería. Veo una cantina, un apeadero, frente a la pescadería, me siento en un taburete y pido un coñac. La chica debe ser nueva porque no sabe el precio; me pide dos euros, los pago, trago un sorbo por las dudas y la garganta se calienta de inmediato. Llegan tres motoristas, reconozco sus parches, las cadenas, los colores, el cuero, pertenecen a una hermandad, piden cerveza, los tres son espaldas plateadas. Bebo mientras el olor a pescado y gasolina va y viene por entre los pasillos, se abraza, <<saliva de hiena, lengua de caimán>>(1). El trigo, como el tiempo que esperas, se enmohece. Es de noche, pero la noche no se ve detrás de los cristales del mercado. La noche está ahí, frente a NoLlegiu. Cinco minutos antes de la hora entro en la librería. La librera me sonríe, no digo nada, es ella la que me indica que Xavier está arriba. Obedezco y subo por el estrecho pasillo que dejan los libros allí expuestos; la escalera de caracol y arriba, todo preparado pero no está Xavier, no hay nadie, veinticinco sillas vacías y dos sillones; el trigo se enmohece mientras ojeo libros de poesía arrinconados en islas, todos son títulos recientes. Sé que la noche sigue allí, detrás de las cortinas, pero ya no reparo en ella, oigo voces, pisadas llegan Herminia Meoro, Eugenio Asensio y detrás de ellos, todos los demás, la noche se aleja, soy un signo indescifrable mientras una cámara autista graba y escucha los temores del mundo, las dudas y las deudas(2). Juan Vico ocupa el sillón amarillo, tiene en su mano la piedra filosofal, yo ocupo el sillón rojo, en las mías el coñac y el ruido.


[1] <<Solo el hombre está solo>>. Nunca es antes. Guillermo Fernández Rojano. Nadie está a salvo (Volumen I). Pájaro verde editorial 2021.

[2] Membrana. Jorge Carrión. Galaxia Gutenberg 2021.



                                                                        
No Llegiu. Presentación de Derbi (2022)

martes, 21 de diciembre de 2021

DERBI Poema 15



15


Duchas baratas,

camas calientes,

esa era la pensión.


Persianas caídas por el viento,

argelinos al final de la calle,

negros junto a los contenedores,

morralla pegada a los portales

esperando una oportunidad.


Y en el medio de ese camino estoy yo,

seguro de pasar al lado de todos ellos,

seguro de perder,

seguro de mis cuatro nudos,

de los cables,

las correas,

el engranaje,

seguro de pisar a fondo aunque vengan curvas,

con las gomas gastadas, si ¡y qué!.


Esperando estoy yo también, como todos los del barrio

y no terminas de llegar, nena.

Nunca estas cuando te espero.

Siempre apareces cuando ya no lo cuento.

Siempre,

como si fuera la primera vez.


 

domingo, 19 de diciembre de 2021

Sonido ambiente (4). Gato Urbina




                                                             Gato Urbina


Floren Urbina es un dandi, sus maneras son muy suaves, es amigo de Alberto García-Alix, del Dogo, Ángel Lirio, Lola Puñales, y conocedor de otros muchos muertos de la etapa dura de Madrid, cuando en los ochenta se soñaba con formar parte del cielo, en La Vía Láctea. Un día leyó Cuerdas de plata y desde entonces, sin conocernos, somos amigos. Hemos quedado en que yo le escriba poemas para que él los convierta en canciones de tres minutos, con cierto aire a Lou Reed, un músico y una música del siglo pasado que muchos milenials no han oído en su vida, en eso ninguna esperanza de triunfar. 

El nombre de guerra que tiene mi amigo es Gato Urbina. El otro día me envió un video con tres canciones, en una de ellas aparecen algunos versos de uno de los dieciséis poemas que le he mandado. Le escribo felicitándole por el trabajo, le recomiendo que busque un par más de músicos para que le acompañen, pero al parecer lo de reunirse a ensayar, a estas edades, después de haber sobrevivido a lo de Madrid en los ochenta, parece que no se articula demasiado bien. Le he vuelto a mandar más poemas y le animo a que los convierta en música. Y así estamos enredados: Urbina el Gato con su madeja, y yo con la mía, los dos rodeados de cadáveres que esperan sepultura y de chicos que no conocen una época en la que todas las canciones tenían nombre de droga, ni al viejo Lou y esta balada: “Just a perfect day / Drink Sangria in the park / And then later / When it gets dark,/ we go home Just a perfect day.”


domingo, 28 de noviembre de 2021

Bajo los párpados de quien se aleja. Presentación en Barcelona.

 


 Rafael-José Díaz

27 de noviembre de 2021. Librería Animal Sospechoso.

Editorial PRE-TEXTOS



A la una de la tarde del sábado, Antonio Puente escribe en La razón, sobre los libros de poemas que se engarzan con el título “Bajo los párpados de quien se aleja”, dice que Rafael resuelve con madurez una encrucijada entre anécdota y reflexión metapoética, lo coloquial frente al conocimiento. A la vez y a la misma hora, en las estribaciones del barrio de Gracia de Barcelona, en una librería denominada Animal Sospechoso, Alex Chico descubre entre analogías y metonimias, el paisaje de un lugar entre olas y muñones, lo desmenuza hasta dejar a nuestros pies, arena, convierte la librería en una playa y a la vez en la miniatura del universo. Rafael-José Díaz, el poeta invitado por la luz del sábado, en breves y justos diálogos  ha filtrado parte de ese cielo que todos vemos cambiar en las distintas horas del día, ha filtrado parte de nuestra naturaleza, esa con la que nos despertamos despeinados, con la que regresamos a la vida cada mañana y ha seguido filtrando, bajo los párpados, imágenes que guardamos y también todas esas pérdidas que abandonamos y nos abandonan, sin aviso alguno. Era la una de la tarde y toda Barcelona se empeñaba en demostrar que el hombre está muy cerca de su hocico, cuando habla, cuando come y cuando compra, en pleno segundo viernes negro con descuentos de resaca y, entre esa carne, un reducido grupo de poetas, no más de catorce o quince, conversa en tono confidencial sobre la muerte del padre, del amigo de infancia, de mi tío, de mi abuelo, de la playa que me gusta y a la que bajo, de esa playa en la que momentáneamente ha sido deshojado el libro de Rafael, como si la verdad fuera un  animal sospechoso.  Fuera, con las aceras repletas de hojarasca, a la una de la tarde y hasta las cuatro, al invierno empujado por el viento le esperan las retamas que deciden quedarse quietas ante el frío. De todos los poetas congregados, solo uno había viajado recientemente a Venecia y pensé que ese sería el lugar al que yo viajaría, el único lugar al que yo viajaría para buscar la muerte, bajo los párpados de quien se aleja.



                                                                 (fragmento de CREPUSCULO)

, y mientras tanto
la noche despedaza
la lengua que, sin saber,
se acomoda debajo de la lengua.

 

                  (fragmento de FIEBRE)

 

 la incestuosa conformidad con que nos acostamos

del lado de la cama que no pertenece a nuestra madre

y ocupamos por primera vez el lugar del padre convertido en fantasma,



(fragmento de EL PARDO)


la imagen sin edad de quien cruza una extraña

pregunta sin respuesta

y aprende nuevas lenguas inservibles

en la lengua del bosque.