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domingo, 14 de febrero de 2021

Juan Vico. Condición de los amantes

 


Fotografia del autor: Susana Pozo©


Siltolá poesía 2021
Condición de los amantes

Tiene Juan Vico afición a dedicarle los libros a Susana, ya me gustó con “El teatro de la luz”, y ahora de nuevo, la misma página, la misma letra, como si se tratara del mismo libro. Como buen seguidor de Pascal Quignard sabe que “Entretenemos la indigencia buscando palabras”. Es la cita con la que se presentó “La balada de Molly Sinclair” hace siete años. El libro que arde ante nosotros en este año 2021 se titula “Condición de los amantes”, y no deja de ser una continuación obsesiva sobre la búsqueda de las palabras, una mitología personal de vibraciones, sillas que reclaman un cuerpo “si escribo aquí, olvido allí”, dice en el poema “Mitología personal”, dice también “Hazme/callar ahora”. En este poemario, Vico va construyendo ese cuerpo para la silla que a la vez va destruyendo. Obliga a la persona a la que se dirige el esfuerzo de comprensión, suplica ser leído, mantener incólume al paso del tiempo, la sensación, no solo de ser querido, la de ser amado y admirado, pide ayuda, pide perdón por ese sentimiento, mientras baja al inframundo en busca de la Eurídice espiritual y enamorada, mientras vacía la mano, una mano que sacia la sed. Nos regala versos hermosos en los poemas Tema libre, Víspera, donde consigue que el gozne de las palabras se abra a gestos, a otra frase que abre otro gozne, la naturaleza de las cosas. 
Fiel a las palabras como los poetas antiguos, fiel a la ensoñación,  el dibujo constante del mundo y la parte oscura o turbia que subyace bajo la línea de flotación, Vico invita a los lectores a degustar su ars poética y su ars amatoria. 
Descansando de la intensidad de sus dos últimas novelas en Seix Barral, de una mudanza, de todos los trabajos a los que un escritor debe concurrir para seguir adelante; después de siete años sin poesía publicada, hoy de nuevo, volvemos a tener un libro breve e intenso. Editado por la Isla de Siltolá, se bebe cálido como un coñac viejo y resbala salobre y fresco por el paladar como una ostra, adornada la mesa con “helechos de plástico” en una tierra de nadie que en todo caso es la pegajosa arcilla que se forma con palabras y, que si es algo, es la tierra de Vico, un peligroso lugar de insomnio.


TEMA LIBRE

La mano saciando la sed.
La sed vaciando la mano.

Cortinas ondeando en la habitación
sin la habitación.

Y entonces tú, gacela insomne,
dime donde temblarás

cuando toda esta noche
haya ardido.


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