Jorge Carrión + Taller Estampa + GPT2 y 3
Caja negra (2023)
Hacía tiempo que Carrión no presentaba uno de sus ingenios; hoy ha llegado el día en el que después de prepararnos por todos los medios (podcasts, entrevistas, artículos de prensa, tuits), explica la relación entre la literatura y el GPT-2, y sucesivas generaciones 3, 4, 5, es decir una aplicación de inteligencia artificial relacionada con el arte de escribir o lo que llaman “escritura especulativa”, siempre desde su punto de vista. Esta aplicación de inteligencia se va llenando de información, es decir la engordan con miles de millones de datos, tal y como funcionan los motores de búsqueda en Google, y después se les barniza de forma conveniente para que procesen y sean capaces de redactar un texto con sentido y profundidad, indicando además un menú de posibilidades a gusto del demandante para que este pueda elegir el tipo de sentido y profundidad requerido, ya sea un texto informal, legal, en modo creativo, científico, literario etc. De esto se quejan maestros y profesores ya que la aplicación la usan los niños y los adolescentes en edad de aprender a redactar, pues eso, se quejan los maestros porque los niños usan el GPT para sus deberes y en dos minutos ya tienen un poema, un cuento o una investigación, sin necesidades, es decir: crear, entender, aprender o investigar; en dos minutos. El texto es impecable desde el punto de vista gramatical, su estructura, su sintaxis. Sin esfuerzo alguno los alumnos aprueban a efectos administrativos para así obtener el título correspondiente, la capacidad de acceder a la universidad o ¿a un empleo?
El título, Los campos electromagnéticos, viene del libro de André Bretón y Philippe Soupault, Los campos magnéticos, una obra emblemática <<peligrosa>> un experimento de 1920 para registrar el murmullo del pensamiento, por medio de la escritura automática, es decir practicada sin los filtros de la razón, creando imágenes surrealistas, oníricas, fantásticas, sin nudos ni desenlaces. Cien años más tarde, Jorge Carrión actualiza ese experimento de automatismo mediante el uso de la aplicación denominada GPT2 basada en inteligencia artificial. Dicho experimento lo canaliza en un ensayo mitad humano y mitad mecánico. De nuevo un organismo de la factoría Carrión que analiza pasado, presente y futuro, incorpora ingenieros y artistas de un colectivo denominado Taller Estampa. El colaboracionismo creativo de este siglo viene representado por trabajos colectivos o en colaboración de, en los que Jorge dialoga en el ámbito de las librerías, bibliotecas, Ámazon, trabaja con Sagar, novelas gráficas, la fotografía con García-Alix, Tomás Saraceno y sus espacios escultóricos en los que viven y tejen arañas y al respecto tuitea <<Las arañas no perciben el sonido, pero sí lo hacen sus redes: tecnología, audífono>>, sus podcasts tecnológicos. Carrión en pleno apogeo, rodeado de colaboradores a los que denomina embajadores, sobre el silencio, el eco, la creación, la vida. Suma literaturas de viajes, tanto suyos como de otros que incorpora a su universo, como ocurrió recientemente en Altäir respecto de la presentación del poemario Equilátera de Bruno Galindo. Carrión es un universo inabarcable que proyecta aliento creativo, un viajero de ciudades y librerías que incorpora ese modo de vida a su ámbito literario y personal; vive muy cerca del latido de una de sus embajadas la librería Nollegiu de Poble Nou, de sus clases en la universidad Pompeu i Fabra. El misterio de Carrión, como el de la IA, es tanto o más eficaz en cuanto que lo es para sí mismo, (su ego) ese motor no mecánico que procesa datos de continuo, lo mezcla con combustible humano e imagina campos espirituales. Llegué tarde a la Nollegiu de la calle Valencia porque antes pasé por (la mía), La Juanita. Y cuando llegué, me encontré con la Estancia del Sello; la secuencia que vi era la Escuela de Atenas, cada figura colocada en la forma apetecida por Rafael y que, como en el famoso fresco, me convertí en observador de un pensamiento actualizado entre lo científico y la verdad natural; jóvenes seguidores, eufóricos, sentados por el suelo, interesados por ese genoma formado por la ecuación C+IA; Podían estar presentes Pitágoras, Telange, Hipatia, Plotino, inspirados e inspiradores, una suerte de gurús, semiólogos, matemáticos de la Academia ateniense en constante renacimiento de la biblioteca papal del Vaticano, la Nollegiu de la calle Valencia. Y como combustible, el intento de explicar lo que vendrá mediante textos fundacionales que tienen como partida lo que Bretón denominó <<El mensaje automático>>.
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