La noche era cerrada, las personas desaparecieron pero la noche no estaba sola.
-La noche nunca está sola –dijo alguien-
Era la oscuridad y había que correr. Ahora, con suficiente energía, a la noche la arrinconamos hasta los confines donde ya no se vive. Como todo, tuvo un principio vacilante, doloroso, el Principio de Todas las Cosas. Duró mucho, pero poco a poco, la noche fue recuperando lo que era suyo y con la noche, las personas tuvieron que volver a donde Todos Viven, pero eso no era suficiente para la Noche.
Nadie recuerda, pero el final empezó con el primer apagón de Nueva York, (después naciste tu), que continuó con un apagón prolongado en Tokio, pasaron algunas cosas y después… y a partir de ahí, Nada.
-Corre, corre a casa antes de que se haga de noche –dijo con cierto temor-
Se escuchó el trotecillo, alguien corría. Escucharon que una puerta se cerraba y casi al instante, alguien dio la luz. Aquella vez fue así, pero tienes que saber que la Noche se quedó fuera esperando.
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