Todo empieza bajando la pequeña rampa del aula 20.029, donde
continúa el ciclo INTERSECCIONS. Hay
un viejo en la segunda fila, calza mocasines sin calcetines. Hoy por esa rampa
bajan despacio Fernando Angel Moreno y a su altura, sin casi espacio Jordi
Carrión, detrás camina algo cabizbajo Marcelo Cohen. No me doy cuenta hasta
ahora de que la entrada fue así. Yo ocupo el primer asiento de la sexta fila
derecha. Desde allí tengo una buena visión del encerado y que como nadie se ha
molestado en borrar, dice las siguientes palabras escritas a dos columnas: (1ª):
-DICOTOMY -MATERIALISTIC US -FLAMENCO guitar. (2ª): -PASSION -UPPER CLASS SOCIETY -FREE SOUL. Ellos no lo ven, los demás si.
Detrás de mi asiste a la conferencia con suma atención y un extraño brillo en
los ojos, Carlos Gámez, al que no conozco pero que ganó un premio y por eso publica la novela Artefactos, que va deshojando en distintos foros. Tomo una nota de Marcelo Cohen: “Somos como boyas que flotan en el mar de la
literatura y a la que nos van llegando las ondas de todo lo que se mueve”,
pues así llegan las ondas de Carlos Gámez a las boyas; algo más atrás Wilmar
Cabrera, que de la misma manera, también tiene novela Los fantasmas de
Sarrià visten de chándal (Editorial Milenio) dándole vueltas al mundo,
futbol, turismo y soledad. A su lado Nadia del Pozo que escribe relatos como “En la cueva del otro”; el resto, todos los demás,
casi todos los demás son fieles estudiantes que no van a faltar ni una sola de
todas las semanas de este mes de octubre, no sé de que pasta les hicieron, pero
flotan en ese mar en el que flotamos todos, si sé que casi todas son chicas y
que son jóvenes.
Marcelo Cohen dice que la ciencia ficción no tiene reglas
formales y que su origen comienza con la novela de Mary Shelley, Frankenstein.
Ha llovido bastante desde entonces y desde entonces la ciencia se ha comido
parte de todos los hallazgos de esas novelas y películas de ficción, pero ha
dejado otras. Por otro lado Fernando que parece un guitarrista de flamenco,
dice que la historia es más falsa que la literatura y automáticamente retrocedo
en el tiempo (conversación de Wagensberg y Fontana) y veo mover la
cabeza del profesor Josep Fontana (hijo, hijo) y lo dijo simplemente porque la
historia se ciñe a hechos que han ocurrido mientras que la literatura de
ciencia ficción es eso ficción.
Ficción y tecnología y en ese punto es la tecnología la que
le gana la partida a la ciencia y también le gana la partida la publicidad para
propiciar consumo y en ese punto enganchan en una novela Crash de Ballard de la que Cohen es traductor, una novela con prólogo
a la que le da suma importancia, igual que le da importancia a un concepto: “Entre la mente contemporánea y el paisaje no
hay distancia”.
Fernando A. Moreno dice por su parte que desde los atentados
del 11S, no hay motivo para explicar la causa del Apocalipsis, hasta entonces
era por una ola gigante, por un terremoto, por fuego, virus etc, ahora todo eso
ha sido superado por la realidad, a lo que Cohen contesta con una frase
lapidaria: “A mi el Apocalipsis me tiene podrido” y es porque tiene claro que
el planeta ni la vida en el, se va a destruir nunca, se va a ir consumiendo
lentamente, la clase media (sufriendo todas las crisis) se va a ir conformando con
productos cada vez de peor calidad, pero consumiendo, va a vivir en ciudades
que se parecen a la que se ve en Blade
runner, no obstante el modelo de ciudad ha explotado, igual que el modelo de
estado.
-Nuestra decadencia puede ser infinita –dice Cohen-
Y en la conversación entra Matrix, el Batman de Nolan, los
mundos paralelos, Julio Verne, Tarkovski y la película Solaris, V de vendetta y Alan Moore y así hasta llegar
a Gene Wolfe y La quinta cabeza del Cerbero.
-Para mi es el mejor de todos –dijo Cohen-
Mientras tanto, en otro espacio de la misma ciudad, allí al
lado, Javier Cercas explicaba su libro Las leyes de la frontera, ambientada en
Girona en los difíciles años ochenta, de otro siglo muy parecido a este. En
aquella época el héroe de ficción era también V, pero de El Vaquilla.
Un vistazo a esto:
La próxima semana: La genética según el derecho, la medicina y la literatura.
qué pena no haber podido ir, elías. gracias por la crónica.
ResponderEliminarFue muy motivador Sergi. También se habló de la influencia de la poesía en la ciencia ficción. Lo único que pasa en estas conversaciones es que se hace corto, una hora y poco más, no da para mucho. Un abrazo.
ResponderEliminarAsí que el de la cámara eras tú, Elías. No te digo que hubiera sido chulo que te hubieras presentado porque yo he hecho lo mismo (tratar de pasar desapercibido) durante muchos años. Pero la próxima vez no te esacapas del apretón de manos.
ResponderEliminarAbrazo, Carlos.
Estoy seguro de que nos volveremos a ver. Un apretón de manos y una cerveza ¿no?.
ResponderEliminarPor supuesto!!!
ResponderEliminar