Miércoles 31 de octubre de 2012 . Universidad Pompeu i
Fabra. Ciclo Intersecions. Postfotografía i Postcinema con Joan Fontcuberta e
Isaki Lacuesta.
Es el último día del ciclo y el último día del mes. Es otoño
y hace unos días que han muerto los últimos mosquitos con la bajada de las
temperaturas, ya atrasaron otra vez la hora, la noche llega antes y nadie sabía
que en ese último día también iba a morir Agustín García Calvo.
Es el día en el que la CGT declara por su cuenta su huelga
general y hay huelga de transportes en Barcelona. El resto caminamos despacio,
respiramos despacio, hablamos en voz baja. Un helicóptero de la policía vigila
la cuadrícula de la ciudad, barre los espacios sónicos, practica una cirugía
quirúrgica que va cortando los sectores más afectados. Ahora está justo encima
del cuadrante de la Pompeu, es un lugar que necesita cierta protección, allí se
reúne el cineasta Isaki Lacuesta y el fotógrafo Joan Fontcuberta, dos tipos
peligrosos. Los barridos con infrarrojos los sitúan en una palestra, notan
sobre el encerado la proyección de fotos, videos, detectan en el ambiente del
aula cierta expectación ante el final del cine, de la fotografía. Un barrido
del detector térmico les informa que el aula 20.029 está llena. Los sistemas
móviles del Campus sufren interferencias, puede que sea un protocolo de
seguridad del helicóptero o quizá que ha llegado Sergisonic, cargado de
electricidad.
Es peligroso decir hoy que se consume más de lo que se
produce, porque el resto se deshecha. Ya nadie guarda los álbumes de fotos
familiares, aquella diversión de las tardes de plomo, hoy las cámaras
digitales, con su inmensa memoria de fotografías, no dejan un solo rincón sin
imágenes, todos convertidos en fotógrafos, fotoperiodistas, todos cineastas, todos
avanzamos ante un paisaje o los salones de un museo, con la cámara siempre delante
de la cara, sabiendo que todo ese material se olvidará con el siguiente paso,
museo, paisaje.
-Ya está.
Y pasamos a la siguiente sala. Esa es la velocidad de los
tiempos. No hacen falta revelados, ajustes, técnica, placas, papel, el tiempo
corre y tenemos prisa.
Desde aquel momento artístico de las cuevas rupestres, con
la representación de animales, hasta hoy en el que nos fotografiamos desnudos,
vestidos, amontonados, solitarios, retratándonos en todas las fases de la vida
y ponernos de inmediato en circulación; todas esas fotos enviadas a múltiples
direcciones para un uso global.
-Gestionamos nuestra imagen.
Y esa imagen pasa a ser una identidad o una máscara, frente
a los demás. Todo ese archivo universal, termina en manos de fotógrafos que le
dan valor y lo convierten en arte, artistas como Fontcuberta, cineastas como
Lacuesta, indagan en esa poética de la acumulación, apropiacionistas de otros
trabajos anónimos, cuyas películas forman parte del cine de los museos, las
nuevas salas de proyección con un uso comercial decorativo, hoteles,
convenciones, fiestas. Potsfotografía en la era después de Kodak.
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