Hoy ha sido un placer estar en la librería Pequod, al lado
de Sergi. Me he sentido bien y me ha gustado, es lo que os puedo contar
amigos, el resto lo tenéis en sus relatos.
Agua dura
Ediciones del viento 2013
Imagen de cubierta: Xavier Armendáriz
Presentación en Barcelona, 23 de Enero de 2014
Hoy en Barcelona presentó su última novela Agustín Fernández
Mallo y mientras la ciudad ardía con los ritmos de Fernández, el ballenero
Pequod, latía en Gracia con la presentación de Agua dura. En su mástil la bandera de Fernando Clemot y con él
media tripulación de Quimera, al timón además del capitán Pere Cohete, el poeta
Bellver. De proa a popa escritores jóvenes
y jóvenes arponeros siguiendo con mucho interés sus ipad, navegando.
El invierno en Barcelona tiene dos estaciones, una es el
frío y la otra es la soledad.
La verdad de un día la dicen los detalles, detalles en los
motores, en las llaves que abren las cerraduras, en el olor del pan recién
salido del horno, esos, los detalles son los que te permiten combatir las dos
estaciones del frío y aunque sepas que no es para tanto y uno no está tan solo,
a veces cuando se pierden los detalles en ese pozo negro, las dos estaciones se
te cuelan hasta el hueso y es cuando lo que aprendiste de la vida, te da
fiebre, unas décimas, una canción, una buena frase, un libro. Hoy se presenta
el libro de Sergi Bellver, lo hace rodeado de amigos y aunque faltan muchos,
los amigos que están, incluso a los que no se espera, son el detalle en la vida
de este tipo que ha elegido uno de los caminos más duros que hay en esta tierra
de caminos duros y televisados, ser escritor. A cada cita, en cada nueva
entrega, en cada episodio, Bellver te dice, -soy escritor- y en ese saco ya
puedes echar toda la leña que quieras, los rencores, los celos, las falsas
alabanzas, el desdén, las puyitas, todo cabe, todo quema, todo hierve, eso y
que cada día inexorablemente se parte de cero, del cero más absoluto. El cero
absoluto y estas malditas dos estaciones, lo sentimos como nadie los poetas,
los árboles no saben de soledad mientras no se secan, las arañas, las hormigas
no conocen ese secreto que te soplan los Maristas al oído mientras creces y te
lo descarnan con todo detalle como un pollo en el mostrador de la pollería, que
es el lugar donde sientes por primera vez el miedo en el mes de Febrero y queda
ya poco para Febrero. Te lo guardas amigo, los Maristas saben de que estamos
hablando, y saben que cada niño ya tiene su miedo y su cáscara de Cortázar, de
Chéjov y eso es bueno para la institución, para cada institución, incluso para
el miedo. Acabo de volver, acabo de sentir otra vez más en Pequod, el calor que
deshiela Islandia, entre literas de libros, huele a café de primera flor, sabéis
que no es ninguno de esos foros literarios de las grandes presentaciones, esos
lugares apropiados para las Ferias, las televisiones, los best seller premiados,
las autoridades siempre con las manos húmedas, ya sabéis la diferencia con esos
otros barcos contenedores, está en el aire que respiras, el de aquí está
envuelto con la mejor literatura de la ciudad. Después, toda la soledad se
queda dentro de esas dos estaciones que Sergi Bellver retrata magistralmente en
Agua dura, su primer libro publicado,
un escritor que ha empezado por el final para recorrer un camino que le llevará
al principio de todas las cosas, de todos los detalles y en ese horizonte nos
encontraremos, seguro que si.
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