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viernes, 15 de noviembre de 2013

NOMADAS (II) La entrevista

Elías Gorostiga: «El viaje te descubre, te enseña y te cambia, todos los grandes escritores han experimentado viajando»

Queremos celebrar con todos vosotros el inminente lanzamiento de Nómadas el próximo 19 de noviembre. Nómadas es una antología de relatos de viaje de cuya selección y prólogo se ha encargado el autor Elías Gorostiaga.
Por eso, qué mejor manera de empezar esta celebración que dirigiéndonos directamente a Elías y pedirle que nos cuente los entresijos de esta antología tan especial.
Entrevista a Elías Gorostiaga: «El viaje te descubre, te enseña y te cambia, todos los grandes escritores han experimentado viajando».
ELÍAS GOROSTIAGA
Fotografía: Ana Portnoy
¿Cómo surgió la idea de crear Nómadas? ¿Por qué ese título?
La idea se la propongo a Noemí Trujillo, directora de la editorial Playa de Ákaba, en la última semana de mayo de 2013. Fue a raíz del taller literario que se celebró el 25 de ese mes y por el flujo de una tormenta de ideas que empezó a surgir entre los integrantes del mismo. Una de esas ideas era celebrar el primer año de vida de la editorial con la edición de un libro de relatos que ha terminado siendo este,Nómadas. Todo fue muy deprisa, buscamos título, el título era el primer paso para atomizar todo lo demás. El primer fin de semana de junio le estuve dando vueltas al asunto y fue mientras leía Moriremos mirando de Alberto García-Alix, de donde surgió ese título. Para mí García-Alix siempre es una fuente de inspiración. Después llegó un primer listado de treinta autores y una idea descabellada para la portada: era la representación de La Sagrada Familia en la calleja de un barrio industrial: junto a una Harley-Davidson, una pareja y su bebé. Al final la portada es elección de Noemí, un sugerente paisaje entre dunas. Los autores (veintiuno) llegaron como la buena fruta, una vez que la idea inicial estaba madura.
 ¿De dónde surgió la idea de crear un libro de relatos de viaje?
La idea es siempre del viaje, me encanta viajar y me gustaría poder viajar como en el siglo xix; me gusta fijar el viaje escribiéndolo, contar el viaje y ese viaje tiene maestros que van desde Conrad hasta Caparrós o Nooteboom, desde J. Esteva hasta J. Carrión, viajeros, novelistas, poetas; el viaje te descubre, te enseña y te cambia, todos los grandes escritores han experimentado viajando, escribiendo de sus viajes. La segunda parte de esa idea empieza y termina celebrando el nombre de la editorial Playa de Ákaba y de Lawrence de Arabia: un símbolo y un viajero.
 ¿Cuáles han sido tus tareas como coordinador?
Sobre todo elegir a los escritores, coordinar la entrega de textos con el maquetador y con Noemí e ir afinando la maqueta hasta la revisión final y la última corrección en la que ha trabajado en solitario Noemí, después de un montón de revisiones. El trabajo al principio ha sido lento y esa lentitud y ese verano de calor me fue llenado de ansiedad para poco a poco ver que el libro tomaba forma, que los escritores respondían con sus textos, que el libro iba creciendo, todo más o menos en tres meses.
¿Qué ha supuesto para ti, como persona y como escritor?
Para mí ha sido desenterrar el pasado y a la vez darme cuenta de lo fácil que es levantar de nuevo los posos del fondo del lago. No obstante, cuando tratas con escritores también tratas con su vanidad y sus egos, esa es la parte más difícil y la más insoportable. Todos estos tipos de la antología están tocados por la magia, tienen miedo, muchos están muy solos, son frágiles, no solo por vivir una época como esta, (la mejor de las épocas y la peor de las épocas) o por ser este el final de un período, de un ciclo económico, simplemente hablamos de gente frágil.
 ¿Qué ha sido lo más difícil en tu tarea de coordinación?
Sin duda cuando tienes que pedir a un escritor que te envíe un texto y a la vez le tienes que decir que no se va a publicar; y después luchar contra el tiempo, el período de entrega, controlar la ansiedad que eso te genera y pensar que, en cualquier momento, un accidente, una decisión, una tormenta puede arrasar la cosecha y ya no va a haber otra oportunidad.
 ¿Y lo mejor que te ha aportado este proyecto?
La satisfacción de llegar al final del camino. Por otro lado queda la incertidumbre y de nuevo la ansiedad de esperar que el libro se venda y termine gustando a los lectores, pero hablamos de libros y lectores no de Coca-Cola; la sed de los libros y de los lectores es impredecible.
 ¿Cómo fueron seleccionados los autores? ¿Qué perfil de autor buscabais? ¿Te ha costado mucho cerrar la lista definitiva? ¿Se te ha caído algún autor?
No comento sobre los autores que no están en la antología, cada uno de ellos es un mapa y un territorio. Respecto de los perfiles, las listas y las caídas, uno va formando su biblioteca por contagio de lecturas, un libro te presenta otro, un autor te ayuda a elegir el siguiente libro, un camino te lleva a un viaje, y es así como vas encontrando y vas seleccionando. Igual pasa con los vinos, cuando has educado el paladar no te cuesta elegir, con los autores no te cuesta acercarte después de haberlos leído y eso es lo que hice, leerlos, conocerlos y después ponerme en contacto con ellos, siempre intentando mantener ese principio por el cual escritores consagrados junto con escritores que empiezan a escribir, todos escritores viajeros, que han vivido en muchos lugares, que hablan varios idiomas, que viajan, que se mueven, de muy distinta sensibilidad y locura, que le mantienen el pulso al cambio de paradigma que se está viviendo ahora mismo.
Los relatos que componen la obra son muy variados, aunque todos tienen en común el nomadismo, literal o figurado, ¿se planteó alguna premisa a los autores o se dejó libertad absoluta en su creación?
No recuerdo ya las premisas y por el resultado creo que a nadie le importaron mucho; al ser puramente orientativas a veces no sirven para nada, por eso yo también me olvidé de las premisas y dejé que fluyeran los textos, hay autores que mandaron textos ya publicados, o que forma parte de lo que será una novela. A mí esas elecciones me parecen bien, sobre todo cuando el tiempo de convocatoria es tan escaso y el verano metido por medio, pero al final será la opinión de los lectores la que termine eligiendo cada trabajo y poniendo a cada uno en el orden que le corresponda.
 ¿Se hizo selección previa de manuscritos o de autores?
Se eligió a los autores según mis gustos y según mis gustos algunos fueron rechazados. Fueron los que se quedaron los que tomaron el alma de la edición; agradecí a los que me dijeron que no participaban por estar ocupados en distintos proyectos; alguno se bajó a medio camino disculpándose de forma peregrina y me dejó con el ramo de flores en medio de la iglesia, aún así el peor de todos es el que no contesta ni siquiera por cortesía. Aun no siendo yo nadie en el circuito literario, lo menos que pueden hacer es contestarte, decir algo más que ese silencio, pero ahí intervino la suerte de encontrar la ayuda y la experiencia en antologías de Sergi Bellver, que tenía a mano a dos autoras y hubiera tenido muchas más, que fueron un balón de oxígeno como podréis leer.
 Con Nómadas, la editorial Playa de Ákaba inaugura su colección de narrativa breve; hay quien la considera un género hermano menor de la novela, y quien la considera un género muy complejo por el dictado de la limitación de espacio. ¿Cuál es tu postura como autor?
Yo tengo muy poca obra, y la que tengo no se ha publicado, casi es mejor que esto sea así. Y el resumen es ese, hay críticos que odian lo breve, hay lectores que prefieren apasionados panfletos decimonónicos de miles de páginas, hay autores que condensan sus novelas dando como resultado libros geniales, difíciles, lentos, macizos, pero que todo el mundo tiene en su casa o en el bolsillo trasero de sus Levi´s. Sí, hay de todo y uno ya ha pasado por el sarampión, la varicela, la salmonelosis, sí todo eso. El paisaje que ahora recorro es el de lectores utilizando dispositivos portátiles de forma compulsiva y con muy poca concentración porque constantemente reciben mensajes que abren y contestan y todo eso viene en el mismo paquete. La editorial Playa de Ákaba debe tratar de definir bien su proyecto editorial, tal y como lo están haciendo Alfabia, Mal Paso, Jekyll and Jill, Ático de los libros, Minúscula, Libros del Lince o Candaya, antes de arruinarse en el abismo, no solo creando espacios de poesía, novela o narrativa breve, sino de definiendo qué o a quién publicar, para qué lector, en qué formato, con qué gusto. Lo que hace bien Playa de Ákaba es canalizar ideas, conducir el esfuerzo de los participantes de sus talleres, que son materia prima caníbal, carne de escritor con la que ir editando, primero Nómadas y en el mes de abril de 2014, la nueva Carta basada en laCarta sobre el comercio de libros que escribiera Diderot al gremio de libreros y en la que colaboraremos más de cuarenta autores, de nuevo una tormenta de ideas para editores, libreros, políticos y la industria del libro. No sé qué saldrá de ahí, tal y como funda su derecho, la editorial paga a sus autores, nos mima; mientras el mercado no lo impida, puedan gastar fuerzas y gastar ganas, algo saldrá, tarde o temprano algo saldrá.
Desde la redacción de la Revista Digital Playa de Ákaba queremos agradecer a Elías Gorostiaga el tiempo que nos ha dedicado, su amabilidad y sobre todo, el habernos dado la oportunidad de conocer mejor Nómadas, un libro que sin duda dará mucho que hablar en los próximos meses.
A todos vosotros, os emplazamos a seguir la actualidad editorial de Playa de Ákaba. Pronto publicaremos una serie de 21 cuestionarios que hemos preparado para los autores que han participado en Nómadas. 21 formas de entender la literatura, 21 formas de viajar por el mundo. No os los perdáis.
Redacción Revista Digital Playa de Ákaba

domingo, 6 de octubre de 2013

LIBRERIAS


Presentación en Barcelona 3 de octubre de 2013
Librería Laie 19.30 horas


1.-
Recuerdo el catálogo de Círculo de Lectores y el de Disco Play, los dos andaban de un lado a otro por casa, pasando de mano en mano de todos mis hermanos, hasta que llegaban los libros y los discos que habían pedido, éramos una feliz familia unida. Recuerdo eso y años más tarde la pequeña biblioteca pública que instalaron en un local situado entre los Juzgados y la Cárcel vieja, frente al castillo y junto a las cuestas del río, la bibliotecaria era coja y siempre sonreía. Me gustaba rebuscar en las estanterías y llevarme el libro prestado para devolverlo leído quince días después. A partir de ahí comienzo a comprar libros y discos y a montar y leer de mi propia biblioteca y de forma desordenada, a escribir caóticamente, más o menos igual que ahora, en esos años me cargué de fantasmas e intuiciones, una úlcera duodenal, períodos en los que intercalaba soledad y lectura sin apenas contacto con los amigos, rehuyendo a la familia y períodos de abandonarme a mi suerte y a la de esos amigos, para volver a casa, solo y por dormir, cuando eso era posible, períodos oscuros y vacíos en el espacio-tiempo, ese no lugar que tanto nos gusta visitar de vez en cuando, que pasa a ser un añoranza.
2.-
Jorge Carrión llega a este otoño de 2013 con un libro que ha ganado el 41 premio Anagrama de Ensayo, de una forma insólita, pues ha quedado finalista y de paso contestando las incertidumbres del futuro sobre Naturaleza de la novela, el ensayo de Luis Goytisolo. Las incertidumbres no se terminan de aclarar del todo, pero Jorge te da pistas sobre el pasado, analiza el mundo de los libros a partir de Stefan Zweig, con el que inicia el recorrido, ese vertedero que es la primera memoria colectiva y de ahí construye un mapamundi que comienza con libros de viaje; con las botas bien acordonadas se va asomando de forma concienzuda a las librerías más antiguas del mundo, en un desplazamiento ordenado por África, América de norte a sur, Europa, desde el orientalismo de Tánger, a la exclusividad de París, Londres o Berlín, de las pequeñas librerías a las grandes corporaciones, para terminar con un canto a la cotidianeidad de las nuestras, las de nuestra infancia, las de nuestros recuerdos, y también de los libreros. Ahí aparece ese Jorge más íntimo e intenso que le da al ensayo un sentimiento y una doctrina, esa que mueve a Goethe, García Márquez o Chatwin y que no es otra que la creación de mundos nuevos y el lugar donde poder encontrarlos todos juntos antes de que terminen devorados por un Mc Donalds. Este libro sólo lo puede escribir alguien que consagra su vida a la literatura, que ama los libros, que vive por y para ellos, que a cada ciudad que llega visita sus librerías, por pura necesidad, por placer, habla con los libreros, observa sus escaparates, el sótano y la trastienda, lo que se vende y lo que no.  Este escritor ha compartido esta vuelta al mundo de los libros en un recorrido en el que te encuentras acotaciones, iconos culturales, películas y teleseries. El jueves se presentó en Barcelona.
3.-
-Eres fiel­ como una perra –le dije a V nada más entrar-
-Por Carrión si –dijo ella heroica, con una mueca de desprecio-
Después le di dos besos sin conseguir que relajara ese gesto, su acompañante apenas se enteró, la cosa fue así de rápida.

La carne es lo que tiene, se va pudriendo. Carrión unas veces es Jordi, otras Jorge y otras J. No es la primera vez que escribo de él ni creo que sea la última. Estaba contento por muchas razones, por el premio, por la editorial, por el autor que lo había ganado, por todo el sarao que se monta cuando un libro se pone en marcha y porque se alimenta entre otras energías, como la que produce todo ese motor literario del libro, de los libros. Todo fue ordenado de forma milimétrica, estábamos allí presentes a gusto del autor, a Antonio y Martín esos detalles se les pasa, pero los detalles estaban entre la primera y la última fila en la que yo estaba rodeado de los amigos, alumnos y colaboradores de J, toda esa comunidad. Antonio es Monegal y es profesor, eso quiere decir que da clases, que enseña, que fue profesor de un buen alumno como es Carrión y a la que presentó a la que hoy es su mujer, y hoy ese buen alumno se lo agradece, todo en una y le abre el micrófono para que presente su ensayo, un ensayo que ya era una célula, cuando estudiaba y mucho antes.
-De niño quería ser detective privado –dijo J- ese era mi libro favorito “Cómo ser detective privado”, con el que soñaba y que conseguí.
Antonio Monegal, habló de librerías, de libros y del tiempo
-El tiempo es lo más valioso que tenemos.
Todos movimos la cabeza afirmativamente, aceptamos que es así y a la que vas cumpliendo años más lo reconoces y continuó con la idea de que leer lleva una buena parte de ese tiempo, que no lees todo lo que compras, que a veces dejas libros a medias porque no son lo que parecen y que odia los libros electrónicos porque te señalan porcentajes de lectura, pero no te haces a la idea de por donde vas, como en un libro físico. Antonio Monegal, sonríe mucho cuando dice algo pretendidamente gracioso; en los demás se nos dibuja un gesto que se queda en sonrisa condescendiente. Monegal parece un buen tipo, aunque también lo parece, el profesor químico, de Breaking Bad.
Martín es Caparrós, ese apellido se convierte así en un adjetivo. La última vez que lo vi  se había afeitado el bigote por completo, hoy de nuevo ese bigote  volvía a ser poderoso, renacía espeso. La última vez vestía una camisa negra, hoy era una camiseta negra. La última vez vivía con una maleta, hoy ya ha dejado la maleta en un piso de Barcelona. Martín Caparrós andaba delicado por culpa de algunos pensamientos en los que andaba su hijo, y un hijo todo el mundo sabe lo que debilita, mucho más que una mala mujer, su lugar no son las librerías, le agobia ver toda esa cantidad de libros y de autores, siendo él una pequeña molécula en competición con todos los demás y se abruma, pero lo que dijo quizá fue suficiente para dibujar un estado con el que recorrer el libro.
-Jordi Carrión es como un sabueso –dijo Martín- sigue el rastro, se desvía, pero de nuevo vuelve al rastro que son las librerías.
Con eso fue suficiente. Dijo sabueso, cuando todos entendimos perro, pero perro para Martín, quizá tenga otro valor como palabra, es lo que tienen las palabras que unas veces se cargan de peso y otras quedan flojas, para mi sabueso se queda corto hablando de Jordi Carrión.
J. habló el último. Nos miró y desgranó pequeñas pepitas de cómo había llegado a escribir Librerías. Nos contó que ayudaba a su padre (en su tiempo libre vendedor para Circulo de Lectores) a repartir libros por las casas, tal y como cuenta en el ensayo, lo de querer ser detective enseñando a sus amigos a serlo, (siempre enseñando) y nos hizo cómplices de su felicidad. Nadie en Laie estaba por estar, todos teníamos un motivo, una razón, una amistad, un cariño, porque J, Jorge, Jordi y Carrión, lo ha dado todo y a la vez han montado una maquinaria bien engrasada que toda junta forma una Iglesia y esa institución se va llenando de fieles, apóstoles, predicadores, ángeles y arcángeles, devotos de todo tipo y condición y como siempre pasa en estos casos, también ha comenzado a devorarse, no hay Iglesia que no termine comiendo carne, bebiendo la sangre y guardando reliquias en esa memoria colectiva. Habrían hecho falta tres veces el aforo, para albergar a todos los que faltaban, pero con los que estuvimos fue suficiente para agotar los libros de la tienda. Después vino el cava, los saludos, las firmas, las sonrisas y un final de fiesta, al que no se quiso apuntar Caparrós, por esa disculpa del hijo con el que tenía que hablar,  los demás con y sin hijos tomamos cervezas, como tiene que ser. Al día siguiente, con el acto de Pequod (por la que ya pasan todos los grandes) y un vermut, Jordi Carrión cumplió con Barcelona. Barcelona ha agotado su segunda edición, espero que Anagrama reponga sus librerías, antes de generar altercados entre teleadictos. 


 

sábado, 14 de septiembre de 2013

WILLY URIBE, salud y fortuna



9788415070313

El último viaje del Omphalos
(los libros del lince)
Presentación en Barcelona
La Central del Raval
Barcelona 12 de septiembre de 2013





Un barco es una isla. Un barco anclado frente a una isla es un archipiélago y un barco abandonado a su suerte, una ratonera.


            Es así como Willy Uribe (Bilbao, 1965) comienza esta novela que se presentó el jueves en el Raval. Como viene siendo habitual La Central ha abandonado la vieja capilla y prefiere organizar estos actos entre las islas de libros del ático, mejor ventilado, más amplio, sin necesidad de esa piel con piel de fiesta gay o de bodega de barco negrero, esa falta de oxígeno. Esta presentación no se había difundido mucho por la red ni por ningún otro medio, por lo que asistieron allí cuatro amigos, un par de gatos, algún dibujante, compañeros de fatiga (me senté al lado de Javier López Menacho y delante de Santiago García Tirado), compañeros de editorial y poco más, incluidos Enrique Murillo e Ignacio Vidal-Folch. Enrique Murillo es el editor, presentó el acto de forma breve y sin alardes, tan natural como un viejo amigo habla con otro viejo amigo en la barra del bar, esto último es lo que faltaba allí, unos pinchos y un zurito.
            Ignacio Vidal-Folch, soporta una larga carrera, soporta como puede la vida, porque a los intelectuales les pesa la vida más que a los demás y esa carga se le nota a Ignacio. A Ignacio hace años le vi presentando  a Ray Lóriga en el Fnac de Diagonal y pensé para mi que tipos tan distintos, y con esa manía mía les hice fotos, entonces con una vieja cámara de carrete, cuando a Lóriga le faltaban unos cuantos tatuajes en los brazos y seguía con Cristina y cuando este espacio no había sido cedido a la cafetería; Ignacio también andaba de público en la presentación del último libro de Patricio Pron, ese del título largo del espíritu de las plantas de salón sigue subiendo en la lluvia, que tanto gusta a los amigos de Mondadori, pero desapareció despacio, tanto que le hizo correr al editor Claudio López para lo que fuera que Claudio López tuviera que hablar con él. Así que no me sorprende y a la vez me sorprende verle con Willy Uribe en este acto
-Este libro se lee en cinco horas, tomando café –dijo en ese tono suave del que toma café despacio-
Y se enrolló, primero con el micrófono al que no le sacaba nada más que susurros, (se lo colocaron, lo menearon arriba y abajo, le hicieron cosquillas, tanto la encargada de La Central, como por los intentos de Willy y después Enrique y me dieron ganas de levantarme a mi también y arrimarle la silla, porque los intelectuales tienen esa pose medio tumbada que les viene ya de Sartre, ese estigma que ya conocéis), hasta que al final salió algo de ese elemento tan valioso que es la voz, con el que fue regando más o menos dos metros de parcela, esa distancia corta en  la que Ignacio se siente bien y desgranando las entrañas de la novela, citando El barco ebrio un poema de Rimbaud que tiene estrofas como estas

Así, barco perdido entre pelo de ancones, 
Lanzado por la tromba en el éter sin aves, 
Yo, a quien acorazados o veleros del Hansa 
No le hubieran salvado el casco ebrio de agua; 

Vidal-Folch, fue marcando los tiempos, contó sus propias anécdotas de viajero y vividor aislado esperando un barco que nunca llega, en una isla de mierda y rodeado de escoria. Y esa experiencia de Vidal-Folch inoculada en el espacio-tiempo se transmitió a la piel y la sangre del surfista y escritor Uribe, navegante a veces a pie y otras en tabla.



A Willy Uribe, no le conocía, le había visto en fotos, reportajes, huelgas de hambre que siempre se pierden un poco y más si eres de Bilbao, escritor y fotógrafo, había leído alguna crónica como la escrita para Cristina Fallarás en Sigueleyendo sobre la (última) huelga de mineros de León y esos disturbios infernales que ya no transmite ninguna cadena de televisión y al final con esas cosas te vas haciendo una idea de cómo son las personas y en este caso de Willy y empiezas a valorarlas hasta que las tienes delante y es cuando tu mapa parpadea y pierde todas las referencias, como si hubieras entrado en una nube de niebla.

Y eso me gusta. Willy dijo que esta novela solo se podía publicar en una editorial como esta, imposible para una editorial americana porque no hablaba de sexo, ni de amor.
-Yo soy de Bilbao –dijo el escritor- me resulta difícil escribir de sexo.
Marcado el territorio, se disculpó ante Vidal-Folch, por no conocer ese poema de Rinbaud (con el que le fustigaba Ignacio como si fuera un pequeño látigo de juguete ante la mirada atónita del vasco)
-Yo soy un escritor intuitivo, no tengo ni idea de literatura.
Y en ese punto Enrique Murillo sonrió. Después Enrique comentó cosas como que fue Ramiro Pinilla el que le recomendó a Willy.
-Se aísla para escribir –dijo el editor- y le da lo mismo que sea en una casa, un piso prestado, una tienda de campaña.
Su verdadera necesidad (como la de muchos de nosotros) es ese aislamiento, escribir quince días del tirón para dar unidad a la novela, es su medio de vida, dejarlo y volver a tomar por el cuello otros quince días prestados y así hasta el final. El escritor que como otros muchos que voy conociendo, anda de prestado, durmiendo en cajeros, casas de amigas, ha dejado esta novela encima de la mesilla de noche de tu dormitorio, es posible que en tu puta vida hayas subido a un barco así. Espero que no te marees, lo ha escrito un tipo valiente al que cada vez admiro más y espero que alguna editorial francesa promueva su edición, porque como en el caso de Alberto García-Alix, hasta que los franceses no te descubren, nadie te toma en serio. Después ya vendrá el ministro con las medallas. Un fuerte abrazo a todos.



domingo, 8 de septiembre de 2013

NOMADAS (Parte I)




Editorial Playa de Akaba
Presentación en Viladecans el próximo 23 de noviembre de 2013.


Fue así. Cuando Noemí expuso la posibilidad de crear una Colección me incorporé en la silla giratoria, me cuadré frente a la pantalla y escribí mi idea sobre un libro de viajes lleno de relatos, ella aceptó de inmediato. Todo fue un progresivo toma y daca, un desnudarse feroz; en media docena de correos ya no teníamos ropa que quitarnos, desbocados y tan desnudos como dos amantes montaraces en medio de un encinar.
Fue así. Me inventé una lista de autores, de entre todos los escritores a los que conocía, sobre los que escribía crónicas o críticas en el blog. Fui buscándoles uno a uno y el primero, como siempre, fue Carrión, Jorge Carrión. Tirando del hilo, fui tirando de ese hilo y Noemí fue añadiendo puntadas y nombres y empezamos a tejer el jersey.
-Es muy poco tiempo. Para estas cosas hacen falta un par de años –dijo Jorge-.
El plazo y nuestro tiempo, poco más de tres meses, frente al año o los dos años de otras ediciones, de otras recopilaciones, pero ahí estamos, añadiendo cada día gente a esa lista. Entraron Jordi Esteva y Gabi Martínez, fui a por Manuel Astur y lo encontré resacoso “si vas de romería lo pagas al siguiente día”, a Sergi Bellver, Pepe Ribas me contestó de inmediato y nos citamos en la libreria Laia de Barcelona, díselo también a Javier Puebla y Javier Puebla también aceptó y así esa tripulación de Akaba fue sacando la faluca y se subieron al barco Juan Vico y Luis Artigue, Patxi Irurtzun, Carlos Castán. Pero también dijeron que no los que no pudieron, los que no quisieron desviarse de sus proyectos personales; pero peor fue el silencio, el silencio debilita al que lo ejerce y es cruel para el que se mantiene a la espera y el silencio llegó pero llegó con algo de ruido. En ese momento me doy cuenta de lo poderoso, elitista, perezoso, que puede ser el selecto, intrigante y cruel Mundo de la Cultura, siempre moviéndose en círculos planos.
Pero a la vez, llegas al corazón de gente que invierte su talento, su tiempo y entrega su vida a escribir, “soy escritor”, gente llena de energía que te lo da todo y se pone a tu disposición de una forma tan generosa que solo puedes sentir agradecimiento. Hablo de Javier López Menacho, de Marta Sanz, Oscar Solana, Juan Vico, Felipe Zapico, Yeste, De Diego, Zanón o de Sergi Bellver.
Llegó la primera maqueta, eso siempre impresiona, ya ves el libro, es como una ecografía en la que se dibujan las formas abstractas de las primeras semanas de tu hijo.
-Esto ya está
Pero no hay nada todavía, quieres creer que si pero empiezan los momentos de incertidumbre, de espera y ansiedad, y así llega el verano, un verano que este año ha sido de fuego y sudor y con él las vacaciones, agosto, los viajes, las visitas. Me encuentro con Astur y Bellver en Oviedo, con Artigue en Valencia de don Juan, lo que queda de la familia Gorostiaga en Cubillas de los Oteros, intercambiamos opiniones, nos olemos y terminamos por entender que estamos hechos de las mismas células, que en el pulso palpitan las mismas emociones antiguas. Bellver, que es un colaborador nato, empieza a pochar cebolla, pimiento, tomate, suaviza los matices del fuego, trabaja su texto Islandia incluido en Agua dura una obra ambiciosa y a la vez colabora con el texto de otros nómadas.
La editorial Playa de Akaba, pasa por su primer año, un año de fuego con una docena de títulos, siendo NOMADAS el que cierra el año 13 de este siglo. A la labor editorial se suma el de los Talleres y la representación de autores, así como su asesoramiento. A la vez me entero de que soy editor externo  es decir que no me quedo a comer ni a dormir.
Y llega la última semana de septiembre. Tengo que apretar el acelerador y volver a insistir sobre textos que ya debía tener el maquetador , a la vez mi ansiedad me pilla deshojando la margarita, -me quiere, no me quiere, -me quiere, no me quiere. Tengo la mitad del libro y en una semana tengo la restante mitad. El libro está, pero siguen llegando versiones, varias veces corregidas y en estas Sergi Bellver me ofrece su mano derecha que yo ya tenía desde el mes de junio y a la vez me ofrece su mano izquierda y es con esta mano, con la que me pone en una bandeja dos figuritas de porcelana, una vive en Oaxaca y la otra en Nueva York y de la magia salen dos de los mejores textos para Nómadas y con estos textos vuelvo a soñar, tienen tacto, son sensuales, y todos los demás sentidos que quieras añadir, gusto, olfato, oído, vista. Este trabajo es impagable y solo puede salir de su propia actitud vital, las dos son nómadas, las dos viven su vida como se debe vivir, de forma única, valiente y arriesgada y es así como escriben, se llaman Nadia del Pozo y Marina Perezagua.

 

viernes, 26 de julio de 2013

PREFIERO ARDER

Toni Campos

Toni Campos
Presentación en Barcelona. Café Salambó 25/07/2013
Ediciones SBe&BOOKS
Primera edición: julio de 2013.
Diseño de cubierta: Miquel Cruañas

Dedicado a Bibiana


No voy a ir. No conozco de nada a este tipo. Hace calor. Tengo sueño. Hace mucho calor.

No escucho música, no hay ningún ruido en casa, salvo el que viene de la casa de los negros, allí el llanto de un niño que anda entre los dos y los tres años, llora, siempre llora, es su forma de buscar su camino. Estoy tumbado en la cama con todo el aire acondicionado y con todo, el calor se mete por las rendijas y por cada grieta. Me levanto de la cama, me miro al espejo y veo a un tipo que no toma drogas, ni bebe, ni fuma, ni nada, no me afeito y así me meto en la ducha, para salir como un coche viejo de un lavadero de chatarra, fresco, algo más fresco.
El barrio de gracia son dos cuerpos, uno pertenece a la línea roja y el otro a la verde, me como todo el recorrido entre estos dos puntos de anclaje y en el final, salgo a la calle por Fontana. Aquí se concentra el bochorno, palmo a palmo. La gente debilitada por esta ley de fuego lento, se ha posado en escaleras, quicios, sillas, terrazas, balcones, paredes, con la espalda sudada, tanto como la mirada.
-Sergi, ¿dónde andas?
Llego en diez minutos, dice Sergi, pero es mentira tarda exactamente tres cervezas que me sirve una camarera filipina a primera orden, junto a la barra; no hay nada en el Salambó mejor que esta camarera filipina. Dos minutos después del primer trago aparece Toni, de la familia Campos, rodeado de la familia Campos, de las mujeres de la familia, el resto al parecer bebían a mi lado. No cuesta saber quién es quién de todos estos, tienen el mismo corte de cara, de pelo, el mismo tiro de pierna, la misma espalda y una voz suave como la noche. Después veo llegar a Jorge y a Eloy, uno es Carrión y el otro Fernández Porta, dos sabios que no se estorban, suben los peldaños de la escalera sin apenas rozarlos, no se como se hace esto pero ellos si, tampoco conozco ni una sola teoría literaria, ni física, ni matemática, estoy aquí  (igual que en el mundo) porque hay cerveza y no sudo; la depresión del principio ha vuelto a su caja, muy bien doblada como el mantel de la última cena que yo he visto entre las reliquias de la catedral de Coria, pues ahí está mi depresión, la supero fácilmente y a la vez con un esfuerzo ingente, pero esto es otro cantar. Subo a la sala de billares del Salambó. Ahí, en ese pasillo lateral con barra y mesas tropicales de la Indonesia colonial de Ikea, es donde se celebran buena parte de los eventos literarios de este barrio, junto con Pequod no hay otro lugar mejor ni más pequeño, ni con más solera, bien lo sabe Pedro Zarraluki, bien.  Los billares para este evento se han reconvertido en grandes mesas, forradas de papel. Y es cuando llega Sergi, la espera me ha costado tres cervezas y en ese momento como subidos a una ola, llegan todos de golpe y todos por las escaleras del Salambó. Nos saludamos, todo el mundo sonríe, hay niños pequeños, carritos, familias, es way.
-Una cerveza –digo a la camarera rubia de esta zona vip- ¿Carlos una cerveza?

Toni Campos estudió derecho en Barcelona, donde se licenció y se aburrió hasta licenciarse en Humanidades y estudiar su Master en la Pompeu. Del Derecho consiguió cierto método, pero de lo otro, de lo que no sirve absolutamente para nada, sacó muñeca y pulso para escribir. Esa historia se resume en dos palabras, prefiero arder.
-Es una historia de amistad y redención a través de la música –escribe en la solapa del libro-
Aquí ya hay tres palabras más amistad, redención, música.

Si, pero por los cojones ¿no Toni?. Cuando le dijo a su padre que quería ser escritor, su padre le dijo que por los cojones, que estudiara derecho y este le contestó “prefiero arder”. Después se lo pasó bien, pero mientras pasa eso, juegas al futbol, te pinchas a la novia de un amigo, o a la novata de la fiesta, pasa la vida y hay un momento en el que tomas aire en la esquina del cuadrilátero, ese momento es un momento poético muy parecido a la transición hacia la muerte, en el que se te aparece la familia repartiendo carne a la brasa, a tu padre contándote un chiste, tu hermano y su envidia, tu amigo Javi el que te salva,  la novata de la fiesta que es más perra que un San Bernardo, a su hermana que no deja de reírse, mientras la historia de escribir te comprime de tal manera el pecho que crees morir y le oyes al médico de esa soledad, “debería pensar en dejar de fumar”, cuando en realidad el diagnóstico era que debería ponerse a escribir. Durante los siguientes años Toni se puso a escribir, pero cada vez que lo intentaba se le endurecían las muñecas, los dedos, el cuello, eran los años noventa y los años noventa fueron la resaca de los ochenta que dejó un rastro demasiado dulce en la música, algo que aprovecharon los nuevos oídos, para acercarse a grupos grunge, con Nirvana al frente y el jaco. Barcelona de un día para otro, se volvió Seattle y todo el mundo se dejó greñas rubias, barba, y se hizo con la camisa que usaba el padre el fin de semana en el huerto, franela. Solitarios y taciturnos buscando encauzar la inteligencia emocional, redimir los traumas familiares con la amistad de los colegas a través de la música. Y ese cambio siempre es una ruina, una ruina que recordarás siempre, porque eras joven, que es nostálgica, que no deja de ser el mejor momento de tu vida, que deja un reguero de cadáveres que se van olvidando, de amigos, de músicas y con el Master debajo del jersey un día empiezas a escribir de lo que sabes y te va saliendo una historia que es esta, que se apoya en un amplificador, una guitarra y una batería, en unos amigos, en una ciudad, en los restos de la familia que siempre dan para algo,  igual que los Levi’s 501 y las Rayban.
A Barcelona le hacía falta este libro que se presentó ayer,  a Barcelona siempre le va haciendo falta libros que la señalen y la coloquen, se lo pedimos a Marsé y nos escribió Ultimas tardes con Teresa, se lo pedimos a Mendoza y nos regaló La ciudad de los prodigios, a Casavella y nos regaló El triunfo y después pagó con su vida, y ahora la presión le pidió a Toni Campos una novela para Barcelona y este nos ha escrito “Prefiero arder”, que presentaron sus amigos entre ellos Eloy Fernández Porta y rodeándole para que no se refugiara en la esquina más oscura, la familia, y algunos de esa jauría de coyotes sin los que esta novela, ni probablemente su autor, existirían. Después alguien llenó las mesas de billar con platos de tortilla, embutido, queso y nueces, con croquetas recién fritas, pan con tomate y vino a discreción y mi estómago se lleno de amor y de palabras y allí nos encogimos junto a los tacos del billar, mientras el evento literario se iba vaciando a medida que Toni Campos firmaba libros, con esa sonrisa que es marca de la casa y esa calma pacífica del grunge, del Indie pop y de calor africano. Todo duró lo que tenía que durar y yo me devolví al paisaje y a mis pesadillas y caminé despacio las calles, antes de que llegaran las doce. En ese espacio encontré esta canción con la que empieza la novela:  “Gotta find a way, to find a way, when I’m there / Gotta find a way, a better way, I’d better wai”.

Un abrazo a todos los que nos encontramos.