Hace un par de semanas que no publico nada en este blog, es
por las siguientes consideraciones:
Estoy desarrollando distintas fobias, propias de un estado
de inquietud, abatimiento, incomprensión, desarraigo, rutina y ruina. El nombre
de dichas fobias, no lo conozco, ni se si tiene alguna clase de
tratamiento, tampoco he consultado a
ningún especialista, tan solo he ido al oftalmólogo y al dentista, pero eso no
son fobias, es miopía y piorrea. Las dos cosas parecen solucionadas, con unas
gafas para poder ver de lejos y/o leer, según un sistema de mejor visión lateral,
cristales cómodos, filtro Sun Max que retrasa la aparición de cataratas y
previene la irritación ocular (850€). La limpieza del sarro, requiere anestesia
de los cuatro cuadrantes para el raspado por debajo de la encía, el resultado
es que en las dos sesiones me han dormido, además de las encías, los labios y
parte de la nariz, por lo que vuelvo a casa como un boxeador sonado o como un
sonado sin sensibilidad en la mitad inferior de la cara. El tratamiento me lo
facilita en dentista de 27 años y una asistente torpe a la que se le caía
todo (menos la calculadora), en un zulo-chiringuito por 500€ (se ha quedado con las ganas de colocarme
dos fundas en dos muelas por otros 500€)
-De fmofmento no, –le digo conmocionado por la anestesia-
Maf adelante
-Enjuáguese –me contesta- con cuidado.
Fobia 1.-
Desarrollo odio hacia mi mismo, cuando me comunican que voy
a ser papá. Disimulo sentimientos de felicidad con mi pareja, planes de futuro,
el nombre del niño o la niña, imagino un sin fin de situaciones, niñeras,
colegios, el cochecito del niño, el asiento para el coche del niño, para cada uno de los
coches, los pañales, ¿las subvenciones?, que dan la extraña sensación de que es un
momento de gran vitalidad y felicidad en mi vida, en nuestra vida de pareja…
pero no es así, lo único que veo es una preocupación de cojones, porque van a
llegar una serie de cambios que no me van a gustar nada (entre otros no poder
viajar este año a China). De momento mi novia ha dejado de tomar café y
embutidos. Al parecer, hay una larga lista de alimentos que pueden perjudicar
al bebé. El pecho se le han hinchado de forma espectacular, yo he perdido todos
los reflejos sexuales y mi barriga también se ha hinchado de forma proporcional
a sus pechos. Empiezo a desembrollar esa fobia hacia esta nueva situación y la fiesta no ha empezado.
Fobia 2.-
Hacia Juan Soto, un joven
escritor autor de la Conjetura de Perelman, en Ediciones B, que la ha escrito
en seis meses y en otros seis meses la ha colocado en todas las librerías, a
petición popular, a la vez que ha ido
comentando, pormenorizadamente todas las sensaciones que le produce ser una
rutilante estrella de la narrativa nacional, por medio de sus comentarios en
Facebook, los comentarios de sus amigos escritores, fans, colegas de juerga o
el de sus jóvenes amigas, críticos, revistas, entrevistas (por tierra, mar y
aire). Conozco a Juan mejor que a mis hermanos y ahora también conozco, por el
mismo sistema, a su hermano Paco, que es guitarrista de flamenco y me invita a
todos sus conciertos, en Madrid. La fobia hacia Juan Soto, al que a la vez
profeso un gran cariño, incluso ternura, (también le he oído hablar en la
radio, en Rusia Hoy y he leído sus artículos de crítica literaria)
-¿Y, todo bien, no?
-No
…soy incapaz de pasar de la página 100 de su novela, pero no
por nada especial, si no por la fobia, he desarrollado fobia y el nivel más
álgido ha sido al verle en la revista de El Pais el domingo día 29 de Enero, a
toda plana con esa sonrisa que vuelve locas a las chicas y a Sergi Bellver.
-¡Eso es envidia, payaso!
Para colmo de éxito, hasta Manuel
Jabois le cita en uno de sus flamantes artículos.
Fobia 3.-
Creo que estoy desarrollando un instinto asesino. La culpa
la tiene Javier Calvo, porque de alguna manera,
por medio de sutiles insinuaciones sobre Charles Manson y las acólitas Patricia Krenwinkel, Susan Atkins y Linda Kasabian, está propiciando la
aparición de una nueva Familia, para revivir en Madrid el asesinato del gato de
Luna Miguel en el papel de Sharon Tate, y mayor gloria de Antonio J. con re-lanzamiento definitivo de su carrera
literaria y fotográfica.
De alguna forma sigo esa
llamada fóbica (por favor-por favor, no quiero hacerlo) y a la vez me produce
repulsión, convertir su piso, en el 10050 de Cielo Drive (Beverly Hills), no
quiero que les pase nada a todos esos nuevos gatos poetas, jóvenes gatos filósofo-
onanista, novelistas gato de Mondadori y Alpha Decay, no quiero teñir las
paredes con una escritura sangrienta “cats/pigs”.
¿O si?.