3.- Ramiro Dominguez Hernanz, Pepo Paz, El Rey de España.
Recaredo transcribe ese sueño, entre la realidad y la ficción mientras el editor se recupera en su casa. De esa terapia nace la necesidad de contar y de escribir lo que ocurrió durante esas dos semanas de sueño y pesadilla daliniana, de cómo se regresa de ahí, a la vida <<lentamente, confuso y agotado>>. Jesús Marchamalo pone con el prólogo un abrazo a esos dos amigos. Todo se cuenta en apenas 75 páginas. Bueno por fin le explico a Ramiro quién soy, me pregunta un par de cosas respecto de lo que le cuento y en las dos preguntas da en la diana. No hace falta mucho más, en ese instante me doy cuenta de quién es el Editor de Sílex, creo que va a pasar algún tiempo antes de que nos volvamos a ver, pero creo que sí que eso va a suceder. Para mí, esa esperanza, supone que en los próximos meses, el tiempo por vivir y fracasar dentro de la celda será algo más soportable.
Me paro en la caseta de Bartleby y saludo a Pepo al que tenía ganas de ver, con el que solo he hablado por teléfono. Hace unos meses Pepo me ayudó de forma totalmente desinteresada, ni siquiera ha querido venir hoy a comer porque además era el primer día de feria. Pepo es un guerrero fundido en plomo, está a lo que está, atiende, escribe sus libros y sigue atendiendo. El último libro que ha publicado su editorial se titula “Esperando al Rey de España” de Diane Wakoski con traducción de Eduardo Moga; dice que la Reina estuvo por la mañana de visita, tenían todos los ejemplares del libro expuestos, pero la reina hizo sus compras por la otra calle, por las casetas de enfrente y con ella toda la comitiva real, las voces y aplausos de las curiosas y pensionistas, periodistas, fotógrafas, alcaldes, concejalas, guardaespaldas, consejeras, directoras, aunque ya se sabe que los libros están pactados previamente, tal y como publica El País (hoy sábado 28), y por lo tanto la comitiva no compra como lo hacemos los demás. Por supuesto el libro que le compro a Pepo, es “Esperando al rey de España”(contextualizando 1976 versus 2022 como dice la autora en el libro). Así y con todos los demás descuidos y palabras que podía haber dicho me despido. Son las seis y veinte, salgo del Retiro a treinta grados, cojo un taxi y en quince minutos estoy en esa calle Libertad.