Vistas de página en total

viernes, 18 de febrero de 2011

ARCO

Interior Museo Arte Contemporaneo Castilla y Leon -MUSAC-


Arte Contemporáneo. Setenta y cinco catedrales no son suficientes para creer en dios, y veintiséis museos y fundaciones de arte moderno y contemporáneo no hacen de España un país menos cateto, amante de arte, ni lleno de coleccionistas, pero sí que crea un problema presupuestario y si no, que se lo digan a los del MUSAC un enorme museo lleno enormes salas vacías, como una catedral saqueada.

Llegar al arte, es un arcaico proceso que evoluciona de una forma lenta, de la misma manera que crece un ciprés, incluso más lentamente. Y ese proceso no se acelera por mucho  que quieras correr, no se llega más al alma por muchos artistas que quieras inventar, no se selecciona de año en año. A ti se te cae el pelo, te crecen las ojeras, se te rizan las cejas, se te aja la piel, pero pasan lustros antes de que crezca un artista nuevo, genial, único, es decir una persona que tenga algo nuevo que decir, algo genial, algo único, porque esa no es una labor de peluquería, esa labor no hay nadie ni nada que pueda acelerarla, no es un proceso científico, es un proceso evolutivo. Pueden pasar cuarenta años antes de que se descubra un acontecimiento físico, pueden pasar otros cuarenta, antes de que el Instituto Clay de Matemáticas premie la resolución de uno solo de Los Siete Problemas del Milenio, y lo mismo ocurre con las demás disciplinas de la mente y el alma. Y eso no se consigue creando fábricas de churros.
Catedral de Leon (Foto de Alejandro Fernández Cabañeros)

Una sola vez he visitado el MUSAC y me aburrí como un hongo, me quedé helado de frío y salí oliendo a fritanga de la cafetería. Una sola vez visité ARCO, ya hace años, y me pareció algo frívolo, un parque temático, como esos de Levante, donde la gente asistía en masa sin orden ni concierto, para quedarse mirando montajes, cuadros absurdos,  y terminar agotados, tumbados dentro de una carpa, muy al estilo de cualquier festival de música veraniego, pero sin playa. Eso si, todo el mundo muy joven, muy puesto, muy pasarela Cibeles, con los labios algo ceñidos, con algo de desdén, es decir era todo una pose, un decorado, nadie andaba por allí por necesidad, tan solo echar el rato, pasear, ligar, ver y ser vistos. Ningún Barceló, ningún Picasso, ningún Modigliani, no vi a Turner, ninguna pelea entre temperamentos, no había nada. Igual que en el MUSAC, espacios inmensos rellenos de postizos, abandonados en galerías arruinadas y así, hasta hoy.

Y antes la Berlinale, para los del cine y  después la feria de Fráncfort para los libreros, eso si, cada vez, cada año, dedicado a un país, porque   así jugamos todos y como siempre, cuanto más demócratas seamos más nos reiremos y mejor justificamos las facturas. No encontramos nada nuevo, nada genial, nada que te acelere el pulso, pero nos lo pasamos bien y algo nos reímos.

Cada año, veo programadas en TV las mismas películas, a la misma, hora del mismo día (ninguna de ningún festival de cine); veo en las liberarías colgados los mismos autores, (salvo raras excepciones en raras editoriales), veo documentales sobre los creadores del arte moderno y contemporáneo, (pero ninguno de los que inventan el arte del futuro incluso del presente) porque los otros no existen y la mayoría de los que prometen (como los milagros de las religiones) terminan siendo humo, y seguramente el genio que nadie descubre, tampoco va a ARCO, no le interesa lo más mínimo. En eso, es como los demás visitantes, incluidos don Felipe y doña Leticia, que van porque es lo que toca.


2 comentarios:

  1. En el arte, como en Balada Triste de Trompeta, hay mucho de farsa y algo más de abuso del público. No es lo mismo crear un mundo nuevo que maquillar el que ya conocemos.
    La mayoría de esos espacios acogen a la nada, al frío más solitario de una obra "Sin título". Sigue escribiendo, no para rellenar tu espacio reservado en la Sala, sino para que alguien pueda recordarte como un contemporaneo amante de las gárgolas de una catedral gótica.

    ResponderEliminar
  2. Cuando se paga con un "todo vale", la moneda se devalua pronto.

    ResponderEliminar